La prostatectomía robótica y la tradicional son cirugías empleadas para tratar afecciones de la próstata.
Cada procedimiento tiene sus propias características y hay factores que influyen en su elección, como el estadio del cáncer y la experiencia del cirujano.
En este post, te explico las principales diferencias entre cada operación, cuál es mejor según tu caso y cómo es la recuperación.
¿Qué es una prostatectomía y por qué se realiza?

Es una intervención quirúrgica indicada principalmente en casos de cáncer de próstata localizado.
Consiste en la extirpación total de la glándula prostática y, en algunos casos, de los tejidos circundantes como las vesículas seminales.
Existen varios tipos de prostatectomía, pero las dos técnicas más empleadas en la actualidad son la abierta o tradicional, y la robótica.
Prostatectomía tradicional: ¿en qué consiste?
También llamada cirugía radical abierta, es una técnica quirúrgica que se ha utilizado durante décadas.
En este procedimiento, el cirujano realiza una incisión en la parte inferior del abdomen para acceder directamente a la próstata.
Características principales:
- Incisión quirúrgica más extensa.
- Mayor exposición de los tejidos.
- Requiere más días de hospitalización.
- Periodo de recuperación más prolongado.
- Mayor posibilidad de sangrado durante la cirugía y de molestias postoperatorias.
Aunque sigue siendo una técnica válida y efectiva, ha sido superada en muchos aspectos por la modalidad robótica, sobre todo en términos de recuperación y preservación de funciones.
Prostatectomía robótica: una técnica de vanguardia

Es una cirugía de mínima invasión realizada con la ayuda de un sistema quirúrgico robótico, como Da Vinci o Hugo RAS, los cuales reproducen los movimientos del cirujano con extrema precisión.
A través de pequeñas incisiones, se introducen instrumentos controlados por el especialista desde una consola.
Esta tecnología permite realizar cortes más precisos, reducir el sangrado y minimizar el daño a los tejidos vecinos.
Beneficios más destacados de la cirugía robótica
- Menor pérdida de sangre.
- Menos días de hospitalización.
- Recuperación más rápida y menos dolorosa.
- Menor riesgo de incontinencia urinaria y disfunción eréctil.
- Mayor precisión en la preservación de nervios y estructuras.
- Incisiones pequeñas (menor agresión a la piel y músculos).
Gracias a estos beneficios, esta técnica es una de las más efectivas y seguras para el tratamiento quirúrgico del cáncer de próstata.

¿Cuál es mejor? Depende de cada caso
Aunque los beneficios de la cirugía robótica son evidentes, no todos los casos son iguales.
La elección entre una técnica y otra depende de diversos factores, como:
- Comorbilidades presentes.
- El estadio del cáncer de próstata.
- La edad y condición física del paciente.
- Experiencia del cirujano con una u otra técnica.
- Objetivos personales.
¿Cómo es la recuperación tras el procedimiento?

Después de la cirugía abierta
- Estancia hospitalaria más prolongada.
- Uso de sonda vesical por más tiempo.
- Dolor moderado a intenso durante los primeros días.
- Mayor riesgo de complicaciones como infecciones o sangrado.
- Necesidad de reposo extendido y apoyo para tareas cotidianas.
Recuperación tras la modalidad robótica
- Alta hospitalaria entre 24 y 48 horas.
- Mejores tasas de control de esfínteres.
- Retorno progresivo a la actividad sexual.
- Dolor leve y controlado con analgésicos.
- Menor duración del uso de sonda vesical.
- Reincorporación laboral en 2 a 3 semanas.
Conclusiones finales

Tomar la decisión de someterse a una prostatectomía puede generar dudas, pero contar con la información adecuada y un equipo médico calificado es fundamental.
Si te encuentras en la Ciudad de México y buscas una valoración médica, te invito a agendar una consulta.
Soy el Dr. Carlos González Espinosa, especialista en cirugía urológica en CDMX, y puedo ayudarte a explorar la mejor opción según tu diagnóstico y objetivos personales.